Yo crecí celebrando la navidad con mis padres, mis hermanos y el resto de mi familia.
Como en Tabasco siempre hacía calor y las temperaturas eran tropicales todo el año, a pesar de ser diciembre, nuestro arbolito de navidad por lo general era uno artificial, rara vez uno natural. Mis hermanos y yo escribíamos una carta a Santa Claus pidiéndole el regalo que queríamos, el cual era solo uno, no más. Era emocionante ayudar a poner el Nacimiento del Niño Jesús, el cual consistía en un establo, pequeñas estatuas de San José, la virgen María, un pesebre, algunos angelitos, pastores y animales como burros, vacas y cabras. El niño Jesús lo colocábamos hasta la víspera del 25 de diciembre. Yo siempre rezaba al niño Jesús por toda mi familia y la paz del mundo.
El sentido de la navidad tenía un tono más espiritual a diferencia de lo que yo veo hoy en día. El día 24, mi familia y yo íbamos a la Catedral, que estaba muy cerca de nuestra casa y dábamos gracias a Dios. En la noche, nos reuníamos en casa de algún pariente o la nuestra, siempre éramos muchos y era muy divertido! La cena consistía en un pavo relleno u horneado con chiles anchos y especias, bacalao a la vizcaína, ensalada de papas, ensalada de manzanas y de postre, buñuelos que remojábamos en miel de abeja. Siempre había música para bailar, cuetes para tronar y bebidas para chicos y grandes, por supuesto.
A la media noche, llegaba Santa Claus, los niños teníamos que salir a jugar y justo era ese el momento en que los regalos se aparecían debajo del árbol. Nunca pude cachar a Santa Claus!
Parte de la tradición también, era estrenar ropa ese día y claro, abrir el regalo y jugar con mis hermanos al día siguiente.
Al día de hoy, celebro Navidad y Jánuca.
Al crecer católica, asistiendo a una escuela de monjas para niñas en un lugar pequeño, no fue hasta mis 22 años que conocí a la primera persona judía, con la que terminaría casándome y formando un hogar. Encontré sus tradiciones interesantes y procuré aprender algo de ellas. Mi esposo y yo no somos religiosos pero tratamos de mantener vivas las tradiciones culturales de ambos y enseñárselas a nuestros tres hijos. Mis suegros me recibieron con los brazos abiertos en su familia y fue con mi suegra que aprendí a cocinar las latkes o frituras de papa, el caldo de pollo con bolitas de matza y mucho más. Así que para Jánuca, colocamos la menora, donde ponemos y encendemos las velitas correspondientes a cada una de las noches, que son ocho, les damos un regalito o dinero gelt a los niños, damos gracias por estar juntos, recordamos el significado de las luces y que hay que creer en los milagros.
Lo mejor de ambas celebraciones es estar en familia y comer juntos.
I grew up celebrating Christmas with my family and relatives. Tabasco state, where I'm from, being always so hot and tropical did not allowed us the luxury of a fresh cut tree, so we mainly had a plastic one. My brothers and I would write a letter to Santa asking for one present, no more. It was exciting helping to set the decorations for the arrival of the baby Jesus or Nativity scene which consisted of a little stable, images of Saint Joseph and the Virgin Mary, a manger or sort of crib, some peasants, angels, donkeys, cows and goats; the baby Jesus was to be set on the eve of the 25th. I used to pray for my family and peace in the world. The tone for Christmas was more of a religious one when I think about it these days. On the 24th, as a family, we used to go to the Cathedral that was near our house to say thanks. Then we would gather at home or at one of our relative's to have dinner, I remember we were always a lot of people and we always had so much fun too. Dinner was always a feast with the baked or stuffed turkey or pork with chiles anchos and spices, Cod in a traditional Spanish style, potato salad, apple salad and buñuelos, these puffy fried pastries that we soaked in honey bee syrup. At midnight Santa arrived, and of course for that to happen we, the kids, were always called to go outside and play. Needless to say I never caught Santa. Part of the festivities was to always wear something new to the Christmas party, open our present and play with my brothers the next day. Since I got married I have been celebrating both holidays.
Growing up Catholic and attending an all girl school run by nuns, it was not until I was 22 that I met a Jewish boy for the first time, fell in love, and married him. I found his traditions quite interesting so I embraced the cultural aspects of it. My parents in law welcomed me into their family with open arms and it was with my mother in law that I learned to cook some of the traditional dishes. So for Hanukkah, we light the menorah with our three kids, say a prayer, talk about the meaning and the miracle of the lights and of course we give them some money, Hanukkah gelt. The best of having both celebrations is that we get together and enjoy all sorts of foods. Chag Hannukah Sameach and Feliz Navidad!
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